Mostrando las entradas con la etiqueta Jordi Savall. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Jordi Savall. Mostrar todas las entradas

12.6.09

Sainte Colombe. Concerts à Deux Violes Esgales - Savall & Kuijken (1976)

Concerts à Deux Violes Esgales
5 tracks - Mp3 320 - RAR 113 Mb - Covers+Booklet

Wieland Kuijken, basse de viole de 7 cuerdas (anónimo, inicios s.XVIII)
Jordi Savall, basse de viole de 7 cuerdas (anónimo, fines s.XVII)

1976 Astrée

Para mí la música de Marais y de St. Colombe está íntimamente asociada a la ya vieja película "Tous Les Matins du Monde". Es pueril, pero a falta de retratos del obscuro autor francés me imagino al maestro de Marais con el rostro del actor del filme, J.P. Marielle, y creo que no podría ver otra película suya sin riesgo de herir mi mitología personal. Ya verán cómo otros difieren conmigo en ésto.
Así, la visión de un cineasta -Corneau- que trabaja sobre la fantasía de un escritor -Quignard- sobre una historia transcurrida hace 400 años, y que recién fue llevada al relato testimonial 50 años después de ocurrida por los periodistas de la época, me sugiere un juego de espejos ambiguo y sugerente donde el sonido de las cuerdas rasgadas deviene soundtrack perfecto.
No sé si Marais tocaba La Reveuse a los pies de la cama de la hija de St. Colombe, ni tampoco sé si ella existió. Ni siquiera existe certeza de la identidad del mismo St. Colombe, fuera de un puñado de datos de archivo. A fin de cuentas no me importa. Toda esa vaguedad me agrada, y me sirve como marco para una música que no puedo ni quiero abandonar jamás.
Y bien, como veremos a continuación, a través del testimonio del novelista Pascal Quignard, todo ese juego de abalorios se desató a raíz de éste disco, el primer monográfico dedicado a Monsieur de Sainte Colombe a diez años del descubrimiento de sus partituras (1966).


“Me recreé en la evocación de Sainte Colombe en “El Salón de Wurtenberg”, novela que apareció en 1986. Y en “La lección de música”, en 1987. Y en “Todas las mañanas del mundo”, novela que escribí en 1990. Y en “Terrasse à Rome”, novela publicada a principios del año 2000. Aún hay otro libro a punto de aparece e impregnado de él, que habla de su vejez, de su regreso a Inglaterra. No sé si algún día osaré confiárselo a un editor. La extrañeza invade la última línea de la novela: “No era sino tristeza, hambre, rabia, arrogancia, herida”. Así concluye, de manera apenas explicable, el relato.
Nada sé aún de su muerte.
Nada se sabe de su infancia. De su adolescencia.
Descubrí a Sainte Colombe tras comprar un disco negro que habían grabado Wieland Kuijken y Jordi Savall en 1976. Contenía cinco de sus “Concerts à deux violes esgales”, entre los que figuraban el “Tombeau Les Regrets”, diez años después del descubrimiento de las obras de Sainte Colombe en Ginebra, en 1966.
La imagen de Sainte Colombe me quedó para siempre impregnada del semblante de Jordi.
Más enjuto tal vez.
En mi manuscrito, estas palabras lo definían: “Desapacible, humilde, libre, pacato, huidizo, intempestivo, refinado, astuto, sutil, brusco, misterioso”.
Siempre creí que Madame de Sainte Colombe se parecía, como se parecen dos gotas de agua, a la Palas romana de Ravello. Alta, mucho más alta que Sainte Colombe, de senos preciosos, plácida, robusta, segura, generosa, rotunda, tranquilizadora. No hay ni una sola palabra, en los cuatro libros que acabo de mencionar, acerca de su singular vida, anterior a la muerte que se la habría de llevar.
En 1986, Karl Chenogne, el protagonista de “El Salón de Wurtenberg”, viola y narrador, escribe: “Desde el otro extremo del auricular, una voz que cruzaba el océano Atlántico me pedía que grabara la integral de las obras para viola de Sainte Colombe, que escribiera una biografía, que reuniera la iconografía para una caja, un gran lanzamiento, un catálogo para una exposición, y que anotara los elementos principales para una película-romanza... Dos fundaciones norteamericanas y una universidad de California correrían con los gastos de producción. Un director de renombre se haría cargo del proyecto cinematográfico. Parecía como si todo el universo, de pronto, descubriera a Sainte Colombe...”.
Tuvieron que pasar cinco años para que el contenido de la novela superara a la realidad; o, cuando menos, para que llamara su atención.
Y no se produjo en California, sino en París.
Recuerdo mi primer encuentro con Jordi, en 1990. Había leído mi novela: tanta era su concentración que en él veía a Sainte Colombe. Se refería a ella como lo habría hecho Sainte Colombe. Estaba espléndido, y nada ansiaba más, por aquel entonces, que entrar en contacto con personas del mundo del cine. En compañía de Montse, fuimos a Port Royal les Chams. Grabaron bien entrada la noche. Hacía frío. Yo dormía estirado sobre un banco en la capilla.
No asistí, posteriormente, al rodaje de la película.
Un único recuerdo conservo del año 1991.
Se trata de una vieja partitura del siglo XVII sobre la que Jordi copió, a mano, la obra de Sainte Colombe titulada “Les Pleures”, en tinta azul, en clave de do. Al pie de la partitura, Jordi escribió “Para Pascal como recuerdo de un sueño...”. En ocasiones, los sueños trascienden la noche que los alberga. El músico Sainte Colombe ya es tan indiscutible como el pintor Georges de la Tour, quien apenas empezó a existir a finales del siglo XIX y que no habría regresado de no ser por Stendhal y Taine. El imaginario planta sus semillas en la realidad y en le tiempo y poco a poco el tiempo las imbrica y las ramifica, crecen. El arte es tan extraño. La supervivencia es tan extraña. Comenzamos devorando a nuestra madre en su propio vientre. Después, en su leche. Por su mirada, les arrebatamos la lengua. Somos todos ladrones. Al responder a sus sonrisas creamos el sentido. La instrucción no es sino chupar los huesos de los cadáveres, horadarlos, imbuirse de la muerte de nuestros predecesores. La vida es pegarse como parásitos a las obras, a las ruinas de las obras, al recuerdo de las obras. Vivimos rodeados de alucinaciones que apenas disimulan la carencia o la ausencia. Nuestra existencia es precaria y falta de sincronía. Comenzamos demasiado pronto. Morimos, sin excepción, antes de haber madurado.
Lo originario es siempre invisible.
Los auténticos mensajes recorren los cuerpos a espaldas de quienes los intercambian.”

Sainte Colombe. Concerts à Deux Violes Esgales - Savall & Kuijken (1992)

Concerts a Deux Violes Esgales, Tome II
5 tracks - Mp3 320 - RAR 110 Mb - Covers+Booklet

Jordi Savall, basse de viole de 7 cuerdas (B. Norman 1697)
Wieland Kuijken, basse de viole de 7 cuerdas (N. Bertrand 1704)

1992 Astrée-Auvidis


.

5.6.09

Diego Ortiz - Recercadas del Trattado de Glosas

Download RS
27 tracks - Mp3 320 - RAR 105 Mb - Covers+Booklet

Jordi Savall, viola da gamba
Ton Koopman, cembalo & organo
Lorenz Duftschmid, violone
Paolo Pandolfo, viola da gamba
Andrew Lawrence-King, arpa


Siguiendo la sugerencia del notable Orpheo les incluyo unas notas muy buenas a este disco. No está demás visitar su excelente blog.

4.6.09

Michel de la Barre - Pièces pour la Flute Traversière

16 tracks - Mp3 320 - RAR 94 Mb - Covers+Booklet

Stephen Preston, flauto traverso
Jordi Savall, viola da gamba
Blandine Verlet, cembalo
Hopkinson Smith, tiorba


Many years ago, I was in the university and I was to listening to a concert, I newly was experiencing the meaning of the baroque music and for this then quite, from the instruments to the sounds, was a discovery.
In the program an unknown and minor author was appearing -De La Barre- with a work of very particular name: L'Inconnu (the unknown).
It was the first time that I heard a baroque flute and simultaneously such an evocative, delicate, intimate piece. Such a particular sound of the instrument was making me feel as if I heard the musician breathe . Everything in this sonata is like to dive in a dream.
IMHO this modest piece summarizes very well the late French baroque: elegance, containment, rhetorical nostalgia, tendresse.
This is also a very rare album.
Enjoy!

25.5.09

Marin Marais - Pieces de Viole du Second Livre.

Download via rapidshare
14 tracks - Mp3 320 kbps - RAR 101 Mb - Covers+Booklet

Jordi Savall, basse de viole
Anne Gallet, clavecin
Hopkinson Smith, théorbe


A few weeks ago I have read a very interesting history related to the recording of this session on which Savall started the Marais's cycle.
It was running the year 1975 when Savall, which had begun to work for Erato, raises to the director of the french label the chance to make a few albums with the subject of the viola da gamba repertoire (Hume, Marais). The response was a disappointing denial - " nobody is interested in it ". In this context there appears the producer Michel Bernstein, who after hearing Jordi, Stephen Preston and Trevor Pinnock in a concert of Folies d'Espagne in Caen, he speaks to him about his label Astrée and of his project to realize a collection entitled Défense et illustration de la musique française.
Very soon they agreed to work on a disc dedicated entirely to Marin Marais, specifically his Second Livre, and for it Bernstein decided to record the session in an old and beautiful roman church St. Lambert des Bois, in Yvelines, near Versailles. Since this place stays closely together of a small airport, the recordings must be made between eight o'clock pm and the four of the dawn, retire to be supped on then by night and to resting to a small nearby hotel. How they get sense at the time this Voix Humaines and all this music understood now as a night music, given birth under the protection of the hazes of the Ile-de-France!

22.5.09

Marin Marais - Pieces de Viole du Quatrieme Livre.

Download via rapidhsare
11 tracks - Mp3 320 kbps - RAR 104 mb - Covers+Booklet

Jordi Savall, viola da gamba
Ton Koopman, cembalo
Hopkinson Smith, tiorba


Les Pieces de Viole of Marin Marais were recorded for the first time of an integral way by Jordi Savall and diverse instrumentalists between the year 1975 and 1992.
This Suitte d'un Gout Etranger corresponds to the second one of these recordings, in January, 1977, and Savall (using one viola da gamba of anonymous author of the 18th century) is joined by Ton Koopman and Hopkinson Smith. All, young and iconoclasts men at the time, musicians of what today is known as the Second Generation of baroque musicians. Will they have imagined what the future would provide them and how they would transform into models and leaders of a whole cultural movement? The most probable thing is that not.
Published in 1717, when Marais already was counting respectable 61 years, the Fourth Book comes to be a formidable response to the mode italianizante of the French court. The most fierce rival of Marais-Antoine Forqueray - was personifying the vibrant foreign style and Marais was kept as the classic "nationalistic" inheritor of Lully's tradition.
Speaking in current terms I would dare to say that this Livre IV it is Marais's attempt of being kept in force in the renewed court - where his former boss Louis XIV has just died only two years ago - giving a rococo touch to his music by means of the incorporation of "characteristic" themes(this is naming the movements of the suite with picturesque or evocative titles); a complete example of this is Le Labyrinthe.
For whom we knew this wonderful music through the movie " Tous les Matins du Monde" - in the middle of the 90's-, a theme like La Reveuse (The Dreamer) will bring us nostalgic and agreeable images of a Gerard Depardieu regreting to his dying past. In Les Fetes Champestres you will be able to feel the beat of the bagpipes and the dance with a strong rustic air. Le Tourbillon is almost a monument to the ego with this amazing fingering that only is reserved to the chosen ones. And this way we might continue...